La mamá de Eneko, Noelia, nos regaló su tiempo y su arte para enseñarnos a hacer fabulosas y riquísimas galletas navideñas; y un grupo de mamás (y papá) voluntarias echaron una mano para que todo saliese...¡a pedir de boca! Como siempre, muchas gracias a quienes participaron, y también a quienes se ofrecieron para ayudar, aunque no pudieran estar en esta ocasión...: seguro que habrá másssss ;)
Me hubiese encantado estar, Daniel venia encantado explicando como se hacen las galletas y alucinado con el horno magico...todos probamos un trocito( abuelos, papis, titos, primos).
ResponderEliminar...El horno mágico, es lo que tiene, jeje :P
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Delia, y felices fiestas.
Jo Paco, me recuerdas a la serie que potagonizaba Michael Landon (el de La Casa de la Pradera) que era un ángel que iba solucionando cosas por dondequiera que pasara. ¿tu sabes el ambiente de derrotismo, negligencia y pasividad que hay en los coles cuando ya no estás tu o gente con iniciativas como tu (que son pocos)? Desde luego te echamos de menos casi mas los padres que los propios nenes!
ResponderEliminar..."Autopista hacia el cielo", jeje, qué recuerdos... :P
ResponderEliminarCreo, querido Manuel, que cada persona desde su posición cotidiana puede practicar eso de "hacer el bien sin mirar (o incluso mirando) a quién". Otra cosa es que nos hayan acostumbrado (o nos hayamos dejado acostumbrar) a ir por la vida a la defensiva, pensando que todo el mundo es culpable mientras no se demuestre lo contrario, desconfiados/as de todo y de todos... ¡Eh, y no digo que sea tu caso, apreciado papá!
Pienso que el respeto al trabajo de las Maestras y los Maestros tiene que ser absolutamente compatible con la posibilidad REAL de sugerir cambios, expresar opiniones y participar en la vida escolar en la medida de las posibilidades de cada caso particular: si hay sugerencia, opinión y/o participación sin respeto a la labor docente, todo se va al garete...; y si hay respeto, y solamente respeto, desde la distancia (o desde la desgana, o desde el miedo, o desde el desinterés, o...), entonces sucede lo mismo, porque el trabajo en equipo deja de serlo, y se deja de lado (o se deja sólo en manos del Maestro/a y los niños/as) el concepto vivo de comunidad escolar o educativa.
Por favor, no dejéis de hablar (con todo el respeto y la buena predisposición del mundo, faltaría más) con las compañeras y los compañeros Maestras/os si hay cualquier hecho que os parece mejorable (¡o felicitable!): los profesionales de la educación estamos ahí para hacer escuela entre todos/as, y estoy seguro de que de ello sólo podrá salir algo bueno, planteado de ese modo :D
Por lo demás, estimado Manuel, no me cansaré de repetir que me emociona cada comentario que dejáis por aquí: porque podríais no hacerlo, y no pasaría nada, y todo seguiría igual...pero os decidís a hacerlo, y con ello me animáis a seguir esforzándome en mi trabajo día a día, mano a mano con vosotras y vosotros, mamás y papás, compañeras y compañeros, niñas y niños.
Un besazo muy fuerte para Sammi y para toda la clase de 4 añazos de mi parte, y un abrazo para ti, Manuel. Desde Ojén ;)