En nuestro empeño por seguir haciendo entender a los y las Elefantes que el lenguaje escrito sirve para algo, que tiene una utilidad (ni más ni menos que la de COMUNICARNOS), de vez en cuando jugamos con nuestro LOBO COMEPALABRAS, que se zampa algunas palabras que previamente las niñas y los niños nos hacen escribir (o escriben ellos mismos/as) en papelillos.
En esta ocasión, a raíz de un incidente sin importancia en clase con una expresión algo fea que dijo alguno de nosotros, se nos ocurrió pedir que quien quisiera nos dijese palabras "feas", "horribles", "que no nos gustan" o, simplemente, "palabrotas", para que nuestro simpático Lobo se las comiera sin piedad... Los y las Elefantes se dejaron ir, y el resultado fue una experiencia catártica y muy enriquecedora desde el punto de vista lingüístico...y de los valores.
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